Esa mujer es única. Tiene la capacidad de ser un remanso de paz o un torbelino. Le van los extremos. De hecho, lo lleva casi todo al extremo...
Es decidida, pero titubea. Confia, pero no se fía. Es alegre y frágil, pero su aspecto muestra a una mujer enfadada, altiva y fuerte. Es trabajadora, pero midiendo las circunstancias.
Ella, sólo es una veleta que va donde vaya su amor, aunque sepa que ese no es el camino adecuado; es una soñadora nata, que se ahoga en sus ilusiones cuando las cosas se tuercen; es tímida, pero muy descarada. Sólo habla de momentos trágicos, porque los momentos felices los reserva para sí.
Es egoísta, pero lo da todo; es ansiosa, pero ha aprendido a mantener la calma; es sentimental, aunque intenta mantener la cabeza fría; es temperamental, pero se derrite con un guiño.
Aún con todo, sólo es una mujer. Una personita a la que le importa demasiado los suyos y necesita cuidados de los demás. Ama con toda el alma.
Por esto y mucho más, amo con todo lo bueno y lo malo, a la llamada "Señora de las alegrías". Soy yo.

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