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¡Bienvenid@! Has llegado a mi blog, "La barraca del cojo", un lugar donde no vendo ni ofrezco nada, sólo expongo para quien quiera echar un vistazo, pequeños escritos, mis sentimientos y mis vivencias, siempre desde el respeto y el cariño hacia las personas que en este aparecen o a las que me pueda referir.







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jueves, 10 de noviembre de 2011

Desesperada ante el egoísmo ajeno

¡Hasta qué puntos llega el egoísmo humano! Todo es salirse con la suya, independientemente de lo que pase con su alrededor.
Cualquier cosa que esté haciendo, sea importante o no, la tengo que dejar a un lado para atender el gusto de los demás. Y para muestra, un botón.

El martes sin ir más lejos, al llegar a las 8:45 horas al trabajo, me encuentro con la noticia de que en la madrugada había fallecido un residente. Desgraciadamente, como en este negocio es algo habitual, me dispuse a hacer lo que correspondía a tal ocasión. Entre otras cosas, revisé la prensa y vi que faltaba un periódico: el de el Sr. Martínez. A los pocos minutos, cuando bajó a recepción, le hice saber que no habían traído su prensa, por lo que con toda su impertinencia y falta de educación, se empeñó en que activase la centralita antes de la hora y llamase a reclamar su periódico.
En mis ires y venires le dije ya con cierto nerviosismo pero de buenas maneras, que no le podía hacer esa llamada, por lo que ya encabronado, se marchó a su habitción.

Tengo que reconocer que le hubiera podido hacer esa llamada sin interferir en mi labor pero, como es tal egoísta y desagradable, no me dio la gana... Sea como fuere, la cosa no quedó ahí y más tarde, cuando yo hablaba por teléfono, él me estaba hablando a la vez, con lo que hacía caso omiso a ambas conversaciones y por lo que sin levantar la voz y con toda mi educación, le increpé, a lo él me gritó.
Menos mal que tengo testigos de lo que cuento...

Hoy para más cachondeo, me encuentro con nuevo difunto al punto de la mañana. Los Sres. Marco, Martínez y Carbo jodiendo con la prensa para que, a las nueve y un minuto de la mañana, llegue el Sr. Baso cambiando el segundo plato de la comida... ¡joder, si no has desayunado si quiera!
Entre medio, llama a la funeraria y a la familia muy discretametne porque a ninguno de los anteriores les importa si hay o no muerto.

Al tiempo, viene la supervisora a arreglarme la vida, la cocinera a preguntarme por un catarro que no tengo... Conforme han pasado los minutos, he querido aprovechar que me he quedado sola para almorzar... ¡ilusa de mí! Primer mordisco del bocadillo y con todo el papo lleno, entra la hija de un residente directa a darme dos besos. Le digo que me pilla almorzando, se pasa la información por el arco del triunfo y aquí se queda plantada, dándome conversación.

A la vez, empiezan a bajar los primeros residentes que se van dentro de media hora de excursión, llega una visita que nadie puede atender, la super me baja con el de la hija para que le haga un llavero, la Bergua que no para de llamar, las familias tampoco... ¡cagüendiós, todos callados! ¡Joder, que mi jornada empieza a las 9 y son las 10:20 horas!

Para colmo de males, llega otra muy preocupada por mi estado de salud en las últimas horas, me pasa la mano por "la chepa" y me espeta, "qué, ¿estás más tranquila?"...



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