La barraca del cojo
Desde una frágil caseta, el cojo se lamenta de la pérdida...
Bienvenido/a
¡Bienvenid@! Has llegado a mi blog, "La barraca del cojo", un lugar donde no vendo ni ofrezco nada, sólo expongo para quien quiera echar un vistazo, pequeños escritos, mis sentimientos y mis vivencias, siempre desde el respeto y el cariño hacia las personas que en este aparecen o a las que me pueda referir.
Gracias por tu visita.
Gracias por tu visita.
viernes, 1 de enero de 2016
lunes, 23 de noviembre de 2015
Motor de vida
Cuando nadie me ve, aparece mi verdadero "yo".
En mi soledad, sale la verdadera mujer que soy.
Mi fragilidad queda al desnudo.
Me miro frente al espejo y sólo veo carne, arrugas, pelo revuelto.
Cualquiera podría herirme con una sola palabra.
La visión me entristece.
Los recuerdos me abruman, el llanto inunda mis ojos.
Recordar la sonrisa de mi hijo hace que el llanto sea mayor, pues doy gracias a Dios por su obra y porque por él, nada ni nadie me hace débil.
Al revés.
No importa cuán desnuda esté.
Es mi cachorro indefenso y yo, cual Ave Fénix, resurjo de mis cenizas y me transformo en una leona por él.
Aún con lágrimas en los ojos, suspirando, recuperando el aliento perdido por los sollozos, frente al espejo, sonrío.
Es mi motor de vida.
Mi fortaleza.
Mi fortaleza.
MI AMOR.
viernes, 18 de julio de 2014
domingo, 25 de mayo de 2014
Canción a mi madre
Madrecita de mi alma, amor de mis amores,
eres tan buena y bella como las flores.
Belleza de mi amor, motor de mi alegría,
no me dejes sola ni de noche ni de día.
Ilusión de mi corazón,
por ser tan bonita y hermosa,
lunes, 30 de diciembre de 2013
11.12.13 - ¡Llegó nuestro hijo!
A las 6:54 de la madrugada rompí aguas. No nos esperábamos que fuese veinte días antes de la fecha marcada, pero aún así, conservamos la calma. Me di una ducha relajante, nos vestimos, cogimos la canastilla y nos dirigimos al Hospital Materno - Infantil.
El camino se me hizo eterno y muy húmedo, entre el día nublo y que seguía expulsando líquido.
Una vez en el hospital, tras varias pruebas y enviar mensajes a nuestras familias, quedábamos ingresados en la habitación 603.
No tengo claros los tiempos, pues fui sin reloj. Comí y al rato, me pusieron una tira que no recuerdo cómo se llama en la vagina para provocar las contracciones. Poco tardó la muy puñetera en hacerme efecto...
Sabe Dios que lo pasé mal, muy mal, pues venían de riñones y la zona lumbar es mi peor enemigo.
No dilataba, me duché para tratar de relajarme, "estás muy verde"... Fueron horas desesperantes para mí por los fuertes dolores y para mi familia, que no soportaba verme sufrir.
Llegó un momento, entre temblores e insoportables contracciones, que oí lo que tanto deseaba "has dilatado seis centímetros... ¡estás de parto!. Ea, a bajarte para que te preparen y te pongan la epidural".
El equipo de matronas, enfermeras y demás era muy, muy joven. Sin embargo, el trato fue amable, cariñoso y muy profesional. Quedé muy tranquila, pero reconozco que no fui capaz de dejar de temblar.
Una vez preparada, me llevaron a quirófano. Había gente por todas partes. Mi amado Luís, Mª Jesús, matronas, enfermeras, pediatras... Llegó el momento de empujar con todas mis fuerzas. Jamás pensé que podría sacar de mí semejante fuerza.
Nuestro hijo llegó al mundo entre lágrimas de emoción, cansancio y alegría a las 22:40h del día 11 de diciembre de 2013. Una fecha que jamás olvidaremos.
Había alumbrado lo más hermoso que jamás había visto. Me estaban poniendo cuatro puntos y no me enteré solo de mirar embelesada a nuestro niño. Ya no me dolía nada.
¡Bienvenido, mi vida!
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