Metidos ya en el pabellón, nos sorprendemos de la afluencia de juventud que se concentra en las gradas para la ocasión. A pie de campo y con expresión concentrada, Divi calienta, sin poder ocultar una sonrisa nerviosa al sabernos allí y oír los desgarrados gritos de ánimo.
Tras los combates iniciales, le llaman a la esquina roja del tatami.
¡Primer combate ganado! Ha terminado agotado, pero el esfuerzo por el momento ha merecido la pena.
Llaman a los siguientes, pero sólo se presenta uno de ellos. Siguiente convocatoria y sucede lo mismo. Han transcurrido tres minutos desde que Divi se había proclamado vencedor, y le reclaman nuevamente a combate.
Su contrincante es uno de los que han vencido por incomparecencia de su adversario, por lo que está fresco.
Aunque el final resulte evidente, no nos ha defraudado. Ha luchado hasta el final y ha recibido desde el principio... ¡je, je, je!
Bromas a parte, posteriormente y finalizado el campeonato, nos enteramos de que el contricante es luchador de boxeo semiprofesional... ¡con razón reparte hostias como panes!
Siendo novato y francamente, ya con una edad para estos menesteres, tercero de Aragón en su peso está muy, muy bien. El disfrutó y nosotros, también.
¡Enhorabuena, Carrasco!
P.D.: Lo que siento es no poder subir los vídeos, pero lo escrito está con todo el ánimo y cariño... ya sabes, ¡có!
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